Muñeca de porcelana



Pegó su rostro al cristal. Allí estaba esa muñeca de porcelana que tanto deseaba. La que le había pedido a su madre en repetidas ocasiones. Pero que siempre le daba alguna excusa para no comprarla.

Todas las que había tenido hasta ahora eran de trapo, remendadas una y mil veces. Les tenía cariño, pero si conseguía aquella muñeca del escaparate sería "la mamá" de todas las muñecas. Y ella, la niña más feliz del barrio.

Pasaban las estaciones y la muñeca seguía allí. Pero la suerte no dura para siempre y un buen día la muñeca desapareció del escaparate. Se dio cuenta entonces, que haber podido visitarla, casi la había convertido en suya. Y ahora… volvió llorando a su casa.

Tal era el desconsuelo que su madre le preguntó que le pasaba. La niña le contó el motivo. Apenas cenó, no tenía hambre y la llorera prosiguió hasta la hora de irse a la cama y más allá, robándole horas al sueño. 

Ni la madre podía dormir. Encendió la luz de la habitación de su hija - Pero cielo… - Le dijo con cariño - Es solo un objeto. Algún día comprenderás que lo importante son los gestos y las personas – La niña la miró confusa. La madre sonrió y le mostró lo que escondía su mano detrás de la espalda – Anda, toma, te lo iba a dar el día de tu cumpleaños, pero ya veo que no puedes esperar – Y allí estaba la muñeca, la del escaparate. La niña que se quedó sin aliento se abrazó fuerte al cuello de su madre.

Al final, esa noche, y la de muchos años más, durmió con su muñeca de porcelana en la cama.

17/10/2017

Comentarios

  1. Hola Roland:

    Qué hermosa y sencilla es la ilusión cuando somos niños y las preocupaciones se limitan a saber qué habrá de merienda, y los juguetes favoritos parecen tan importantes e inalcanzables que se convierten en una obsesión.

    Me encanta el relato, una buena historia extrapolable a casi cualquier infancia donde hubo un juguete favorito y anhelado. Gracias por compartirla.

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    1. Hola Poe.

      Los niños tienen muchas cosas especiales. Como por ejemplo su enorme imaginación.

      Me alegro de que te haya encantado :)

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  2. Hola Roland.

    Mientras te leía tenía mis propios recuerdos con mi propia muñeca. Yo también tuve una muñeca deseada que me regalaron en mi cumple y con la que dormí bastantes años.
    Han pasado décadas y ya soy mayor, apenas sobreviven objetos de mi infancia aún asi esa muñeca sigue conmigo

    Está dormida dentro de una caja en un cuarto en la azotea de casa. De muy tarde en tarde, cuando se hace limpieza general la despierto un rato, la saco de la caja, le lavo el vestido y le digo algunas cositas, porque la niña que jugaba y dormía con ella aún perdura, aún sigue dentro de mi dormida, como ella, aunque de ves en cuando también despierta para ver el mundo en el que vivo con asombro y sorpresa.

    Bueno como ves traiste recuerdos...


    Un saludo y feliz semana :)

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    1. Hola Nieves.

      Bonita historia también la tuya. A veces en lo cotidiano que nos pasa hay historias magníficas.

      Igualmente, besos.

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  3. Oh que alivio, la historia termino muy bien. Es que me dan miedo las muñecas de porcelana y no sabia cual giro podía tomar tu historia. Esta vez si que me sorprendiste!Una buena sorpresa.
    Abrazos grandes amigo

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    1. Hola Natalia.

      Jejeje ¿Te mantuve con suspense? jajaja que simpática. Me alegro de darte buenas sorpresas.

      Un abrazo grande

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  4. ¿Que no hacer por ver feliz a un niño?.
    Un saludo.

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    1. Hola.
      Pues la verdad es que si, merece la pena.
      Saludos :)

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