Tensión en el ambiente


Ella se puso delante de él, impidiéndole el paso. Se había dado cuenta de que algo le pasaba, y debía de querer algún tipo de explicación. Aunque con ese gesto, posiblemente lo único que consiguió fue tensar más las cosas. A veces, anticipar las respuestas no es la mejor solución.

- ¿Y bien? - Planteó ella tajante.

Allí en medio del corredor y junto con sus maletas, los comenzaban a mirar mal, ya que a la mayoría de pasajeros les hacían dar un pequeño rodeo.

- ¡Ya te lo he dicho! Lo que tú quieras – Expresó él de forma amarga, aunque sabía en el fondo de su corazón que esas palabras no eran sinceras del todo.

Ella puso una de sus manos en la cintura, una postura que la hacía muy sexi, aunque la expresión de su cara, con los labios apretados y el ceño fruncido, lo contrarrestaba por completo – Vale, pero luego no te quejes. Ni me hagas cosas raras como estirar el cuello como una jirafa.

De pronto a él le vino esa imagen a la mente y se de pronto estalló en risas, la tensión se derrumbó totalmente.

Ella al verlo así también se rió y ya más relajada le plantó un beso en los labios – Venga pues a la vuelta te pones tú en el asiendo de ventanilla ¿Vale? - De nuevo besos.

10/04/2016

Comentarios

  1. ¡Hola Roland!

    Qué historia más simpática, y con final muy tierno. A veces los mayores problemas vienen de cosas tontas, pero hay veces que las cosas tontas originan relatos como éste, encantador y dulce.

    El amor tiene momentos grises, y qué bonito es lograr convertirlos de nuevo en un arcoiris de colores.

    ¡Un abrazo!
    *Qm*

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    1. ¡Hola Poe!

      Si, esa era la intención del relato. Me alegro de que te hay agustado :*

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  2. Me encantan estos momentos complices y amables entre hombre y mujer. Sin duda hace la vida mucho mas divertida.

    Me encantó !!!

    Besos

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    1. La complicidad es muy importante, crea unión. Me alegro de que te gustase. Besos

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